Si bien al principio Doña Letizia (tengo que llamarla Doña, ¿no?) hizo gala de un estilo demasiado sobrio y soso (excepto el ya archifamoso y maravilloso traje chaqueta blanco de Armani que llevó durante la pedida de mano) he de decir que ha mejorado bastante modernizando su estilo sin dejar de ser elegante. Duramente criticada, entre otras muchas cosas, por llevar tacones muy altos (no sé por qué tanta crítica, a mi también me encantan altos) la Princesa de Asturias parece que todavía está buscando su estilo personal. Va por buen camino.


































